El vino. Es un tema tan maravilloso como lo es interminable. Pero por algún lugar se empieza. Todos hemos pasado por ese incómodo momento en un convivio o en un restaurante donde el vino es protagonista y tu ni te enteras de lo que pasa. ¡No te desanimes! De entrada, no necesitas distinguir entre un Merlot y un Malbec para saborear una copa. No es requisito tener nariz de sabueso o vocabulario de poeta para disfrutar de esta cultura.
Si te consideras novato en temas de vino, y te gustaría conocerlo mejor, esta guía está hecha para ti.
Hoy no vengo solo. Llamé a un querido amigo bloggero, quien además de ser experto vinífilo de las redes, es un sommelier hecho y derecho: el Doctor Salsa. Nos reunimos en el restaurante Nonna con copa en mano para platicar sobre los sencillos tips que podemos compartir para motivar a la gente a que le agarren cariño al vino. Nuestra pasión por él, en el fondo, se basa en que apreciar el vino es una experiencia multisensorial, y de igual manera dejamos que los sentidos guíen esta plática:
El Olfato:
“Esa es la parte más importante,” dice el Doc. “El aroma estimula sensores del olfato que a su vez juegan un papel en la parte gustativa.” Olfatear una copa es una gozada. Hay veces donde paso más tiempo con la nariz metida ahí, que bebiendo sus contenidos. Lo que me divierte al hacer esto, es que aunque los aromas suelen ser muy concretos, casi siempre lo que percibes con la nariz y lo que percibes con el paladar van a ser muy distintos. Toma un buen momento para inhalar el vino, y deja que tu imaginación haga su trabajo. Juega a distinguir los aromas (o “notas”). ¿Qué percibes? Te doy una pista: Los olores más comunes que puedes encontrar en el vino serán alcohol, frutas (tu decides cuales), madera, minerales, especias, y a veces te topas con notas muy locochonas como piel, o tierra mojada.
¿Qué quiere decir que se “abre el vino”?
Al descorchar una botella nueva, cuando el vino entra en contacto con el oxígeno, es cuando comienza este proceso de “apertura”. Conforme tiene más tiempo abierto el vino, sus aromas y sabores van cambiando. Por eso, mucha gente no bebe su copa de inmediato para dejarla “respirar”. Es muy probable que entre las primeras a las últimas gotas de tu copa percibas varios cambios en su aroma (y sabor). Las virtudes del vino se aprecian en su versión ya “abierta” y por eso, la gente a veces acelera este efecto haciendo remolinos con su copa.
La Vista
Al girar la copa también se revelan a la vista otros detalles. Los muy clavados buscan en la opacidad y el color pistas sobre la edad, el estado del vino, que tipo de barrica, muchos otros datos ya demasiado nerds. Primero que nada, el color nos ayuda a clasificarlo. Las categorías de vino más comunes son blanco, rosado, tinto, espumoso, y generoso. No te dejes llevar por las apariencias: Hay vinos tintos que pueden ser gentiles como un blanco, mientras que los rosados pueden ser tan secos como algunos tintos. Mas allá de apreciar lo hermoso de su color, lo que yo busco con los ojos es el cuerpo. Y ¿Qué es eso en un vino? Es una razón de peso, literal. El cómo se sentirá el vino en tu boca. Su densidad. Imagina la diferencia entre leche light, leche entera, o crema en tu boca. Mismo producto, distintos pesos, y por ende distinto nivel de satisfacción. Gira la copa, y detente. Presta atención a como el vino desciende por los costados. ¿Baja inmediatamente y el cristal queda limpio? Es cuerpo ligero. ¿tarda un poco en bajar? es cuerpo más pesado. Esa “viscosidad” se debe al alcohol. Entre más alcohol tiene, mas denso será su cuerpo, y se sentirá pesadito y lujoso sobre tu lengua.
El Gusto
Es impresionante como cada detalle en la vida del vino afecta su sabor, desde la uva hasta tu boca. Desde el tipo de tierra donde se siembra la planta, donde se almacena, la temperatura, el añejamiento, y hasta la forma de la copa en que lo sirves tendrá un impacto sobre el sabor que percibes. Probar un vino combina elementos objetivos y otros muy subjetivos. No es coincidencia que a la colección de micro-sabores o aromas les llaman “notas”, porque la mejor manera de explicarlo es pensar en música. Piensa en una canción que te gusta. ¿Podrías de oído identificar los instrumentos que escuchas? De igual manera, una tenue nota agridulce en un vino es como aquel pequeño acento de flauta que apenas y se oye, pero le suma belleza a la canción.
Y además de beber algo rico ¿Qué? El mejor regalo que te haces a ti mismo al beber vino, es que nos enseña a encontrar sutilezas en el gusto. Cuando comemos o bebemos, si prestamos atención, nos damos cuenta que todo sabor que disfrutamos está compuesto de varios micro-sabores. Es en el vino donde esto se percibe con más claridad. Así que cuando le enseñas a tu paladar a estudiar el vino, lo estás entrenando para que todas tus experiencias gustativas sean más gratificantes.
El intelecto
Ya se, ya se, esto no es uno de los cinco sentidos, pero invitar al cerebro a participar sin duda favorece los sentidos. Conocer y analizar las circunstancias alrededor de la creación del vino, en cierta forma “escuchar su historia”, también puede ser fascinante. Esto lo reitera el Doctor Salsa “Entender la bioquímica del producto y parte sensorial fue lo que me inició en el mundo del vino,” dice. “¿Por qué hay unas botellas de precio muy accesible mientras otras cuestan grandes sumas cuando son el mismo producto? ¿Qué las hace diferentes? La respuesta la encontré en el resultado de todos los elementos, viene desde su elaboración hasta su contacto con los sentidos. Es como una receta de un plato- influye su materia prima, su fruta, el tiempo de maduración, si se usaron pesticidas, etc, la enología es como el cocinero –cuanto tiempo la dejo fermentando, que temperatura voy a usar, que levaduras voy a usar.”
Hacerla un poquito de Sherlock enológico puede ser muy divertido. El olfato, la vista, y el gusto te dan puntos que con tu mente vas uniendo para resolver el misterio. Por eso es que el vino da pie a interminables discusiones intelectuales.
Por último, el Doctor Salsa nos da estos consejos:
Tres Consejos al momento de escoger un vino
1- Piensa en la temperatura. Si tienes conocimiento de donde se beberá este vino, considera vinos ligeros para ambientes cálidos y concurridos, mientras que vinos más robustos funcionan mejor en ambientes frescos.
2- Piensa en comida. Atinarle a un buen match entre comida y vino es una ciencia complicada. Tiene que ver con sazón, peso, y gusto personal. Aún así, piensa en lo que va en plato mientras escoges lo que irá en copa. Entre más aprendes del vino, será más fácil este ejercicio.
3- Piensa en presupuesto. ¿Con quien se va a compartir? ¿Cual es la ocasión? Es verdad que los grandes vinos tienen precios grandes, pero no es regla.
Tres Consejos al momento de beber el vino
1- Sujeta tu copa de vino por el tallo, no el cáliz. “Muchos piensan que se trata de calentar el vino, pero no es así. Al sujetarla por el cáliz, lo ensucias.” También hay un elemento de respeto y elegancia hacia el vino al sostener la copa por el tallo.
2- Concéntrate en las características. Registra y cataloga las familias aromáticas que percibes, y a donde se inclina su balanza de sabor.
3- Juega a los maridajes. Hazte el reto personal de imaginarte los comestibles que pueden acompañar tu vino. ¿Qué tipo de salsa le puede ir a este vino? ¿Como sabría esta copa ante una grasa de carne, o grasa de mantequilla, o nueces? “Lo padre es que tras hacer este ejercicio, puedes ejecutarla con tus seres queridos, sorprenderlos con tus combinaciones”.
3 consejos para aprender más sobre el vino
1- No te abrumes con tanta información que hay sobre el tema. Tómalo con calma. Enfócate en disfrutar cada encuentro con el vino.
2- Leer y practicar. Una cosa es familiarizarse con los términos, pero otra es entender como se traducen a sensaciones. La base de la apreciación de vino se basa en comparación, así que asistir a catas guiadas es gran práctica.
3-No te sientas intimidado por los expertos. Muchas personas presumen de su conocimiento, pero no permitas que te desanime en tu exploración. Todos tenemos nuestro ritmo. Todos tenemos una opinión, y a fin de cuentas, lo que más importa en el vino es el placer, todo lo demás es secundario.
Sabias palabras. Y la ventaja de fortalecer tu cultura del vino es que la práctica está muy, muy, muy divertida. ¡Gracias Doctor Salsa!
Próximamente, la parte 2 de esta guía: Lugares para catar y aprender.
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